lunes, 19 de diciembre de 2016

LA CRÍTICA COMO MERCANCÍA, UNA REFLEXIÓN SOBRE LAS NOVELAS DISTÓPICAS ACTUALES.



La distopía siempre fue un campo de la literatura en el que algunas de la mentes más brillantes expusieron ante el mundo, por medio de su imaginación, posibles futuros de la humanidad en donde las sociedades se encontraban prisioneras de formas agresivas de control social, manipulación y violencia de toda clase que anulaba su libertad no solo a niveles amplios sino también en la privacidad de cada uno de los individuos que la componen. Obras cómo 1984 de Orwell, nos mostraron los horrores de un gobierno autoritario que buscaba controlar cada aspecto de la vida de sus ciudadanos, Fahrenheit 451 de Bradbury retrató como sería un mundo adonde los libros son prohibidos por incitar al pensamiento crítico a la sociedad, A Brave New World de Huxley explayo cómo sería la existencia para cada hombre, mujer o niño si se antepusiera el principio de la felicidad y bienestar absoluto por encima del progreso del conocimiento científico, las artes o la diversidad cultural. Desde la perspectiva de cada uno de estos autores, se colocó en el centro de la escena sus miradas críticas acerca de ciertos tipos de conducta social que ponen en riesgo aspectos de la vida humana como ser inteligente, sentiente o con capacidad de libre albedrío,sin embargo, desde hace algunos años, cerca del 2010 aproximadamente cuando la palabra "distopía" empezó a popularizarse. Este termino se usa para definir a aquellas historias en las que se retrata a sociedades que padecen un declive moral y ético que las deshumaniza a raíz de diferentes factores como gobiernos totalitarios o catástrofes globales, bajo este concepto, varios autores, a lo largo de muchas décadas aportaron su visión crítica de la sociedad a la que pertenecen con sus escritos, muchos de ellos son apreciados como joyas por sus ideas expresadas, su modo de narrar pero en lo personal, pienso que la avanzada comercial de sagas de libros como The Hunger Games o The Maze Runner hicieron de la distopía algo banal.

Los temas tratados en sus respectivos universos hablan de los riesgos del totalitarismo, el uso desmedido de la ingeniería genética, si bien son temas que ya fueron tratados con anterioridad, esto no quita que no puedan ser tocados de nuevo porque en definitiva, estas temáticas representan las inquietudes de muchas personas, no obstante, el tratamiento que se le da a los tópicos tornan infantiles, con pinceladas de romances adolescentes y con tramas que rosan la falta de crítica por generar un producto apto para ser vendido como un producto más en las góndolas del mercado de consumo. Los protagonistas padecen del Síndrome de Mary Sue que alguna vez cité en otro artículo, en donde todo lo ocurrido dentro de la historia gira en torno al personaje principal y cada aspecto del mundo literario se modifica acorde a las necesidades de él, de manera tal que todo se resuelva siempre de una manera perfecta o sin graves perjuicios, eso genera hasta una sensación de invulnerabilidad alrededor de ellos, nada los toca, nada los afecta. En caso de que esto ocurra, el personaje justo tiene el poder o una capacidad especial que le permite salir ileso ante ese problema porque es un "elegido" que tiene aquella habilidad que nadie más tiene porque es algo innato de si mismo. Estos "grandes males" a los que se enfrentan pasan a segundo plano porque el primero siempre es ocupado por sus dilemas emocionales o amorosos ¿Cuál es el propósito de hacer una novela distópica adonde se intenten denunciar los problemas sociales de una época o un país si todo esto queda por detrás de un romance entre 3 adolescentes?

Y posterior a los libros, sigue la serie de película en las que la protagonista siempre es interpretada por una actriz de rostro dulce y cuerpo proporcionado a los estándares de belleza que existen en el ámbito de las modelos, lo mismo para los hombres en caso de ser los principales, al parecer deben ser jóvenes, musculosos, carismáticos, no más, no menos. Tras los libros que se tornaron best sellers y la serie taquillera de películas basados en ellos, sigue la banda sonora vendida a módicas sumas en locales, un sin fin de productos que giran en torno a esto hasta que la idea de señalar las miserias de un conjunto social quedan disueltas en el mar de ganancias. En vistas de lograr un efecto similar, cientos de escritores se abalanzan a escribir historias similares, con temas parecidos para repetir la fórmula del éxito. La lógica del mercado hizo, con las publicaciones distópicas,lo mismo que hizo con cualquier elemento que se propuso criticarla: lo absorbió, exalto algunas de sus características más atractivas mientras que desechó o reconfiguró los elementos que no le eran de utilidad para tornarlos en algo que encaje con sus fines, todo paso por un proceso de mercantilización como el rock, el punk y otros movimientos culturales destinados a desafiar lo establecido pero ahí adonde caen las "sobras" de esto, vuelven a crecer sus ideas originarias y mientras haya mentes críticas, va a haber obras que actúen como visionarios de aquello en lo que nos podemos llegar a convertir pero que debemos evitar.

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